Grace recuerda muy poco del día en que fue atacada por los lobos. Pero no se han borrado de su memoria los ojos del lobo que, inexplicablemente, la salvó, enfrentandose al resto de la manada. Y ese lobo la observa con sus ojos amarillos cada noche desde la oscuridad del patio.
Y para sorpresa de Grace ese lobo recupera su forma humana original. Ese lobo es Sam, el chico que la amado en silencio desde el bosque durante seis largos años. Sam fue mordido por un hombre-lobo y puede volver a ser un chico cuando se encuentra en un ambiente cálido, en cambio cuando sale al exterior, a la nieve, al frío, su cuerpo comienza a temblar y él se convierte otra vez en un animal. Su condición es inestable, hoy es humano, pero en cuestión de minutos su cuerpo puede cambiar y adoptar su imagen salvaje.
A pesar de esto Sam y Grace se tornan inseparables. Ella lo mantiene abrigado, a salvo. Cada día es más fuerte el amor que siente el uno por el otro. Sam ama cada latido del corazón de "su chica de verano", su amor cálido, su tibio refugio y por eso le oculta algo. No quiere decirle que este es su último año...
Cuando aumente el frío se convertirá en un lobo...para siempre. No quiere pronunciar esas palabras con la esperanza de que no se conviertan en realidad. Pero el invierno avanza y cada vez las noches son más heladas....
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